Un día, paseando por una céntrica calle de una gran ciudad, contemplé una manta tirada en el suelo con unos libros esparcidos sobre ella. A su lado, un cartel con el precio. Tan solo cincuenta céntimos por libro.
Elegí dos ejemplares de aquel batiburrillo, quise pagar al vendedor, pero no estaba. Permanecí allí horas, finalmente tuve que irme dejando el dinero en una caja junto a los libros. Al abrir uno de ellos, encontré escrito con bolígrafo de color negro un nombre y una fecha. Además, a modo de marcapáginas, una pegatina de un disco de un grupo musical: Gato negro - Dragón rojo, de Amaral. Por detrás de esta pegatina, un número de teléfono móvil.
Con estos ingredientes y un poco de imaginación tenía todo lo necesario para construir una novela, y lo hice.
Esta novela es un canto a la libertad y al amor, es un Libro de corazón.