Cuentos en la mansión de los buenos humos, metáfora del buen humor en contraposición a los malos humos, está compuesto por dos colecciones de relatos: Cuentos en la mansión de los buenos humos y Cuentos del Camino.
En la primera, Luis Miguel Muñoz, nos vuelve a proponer una actitud hedonista ante la vida. Si en su anterior libro, Cuentos dementes, nos invitaba a emborracharnos de vino, de vida o de virtud, en Cuentos en la mansión de los buenos humos nos propone que sigamos disfrutando de la vida, de un buen cigarro, una buena comida, un buen vino, una buena copa, un buen amigo y también, como no, del sexo, del amor o de la lectura de uno de sus relatos. Como siempre estos son variados: divertidos, amargos, tiernos, salvajes. Los finales suelen ser inesperados y en la mayoría de las ocasiones dejan un regusto que permite seguir disfrutándolos después de acabada la lectura. En la mansión de los buenos humos se reúnen, cada viernes, un grupo de adictos a la buena vida que disfrutan cada semana de la velada organizada por uno de ellos alrededor de una cena, un buen vino, una copa, un cigarro, elegidos por el anfitrión, para terminar la velada con la lectura de un relato escogido por el mismo y la conversación generada posteriormente. La temporada finaliza con la lectura del relato "Cuentos Dementes. Desenlace" donde, la doctora Espinoza, socia de este club de vividores, nos desvela los secretos del anterior libro del autor.
Cuentos del Camino recoge los cuentos inspirados en las experiencias del Camino de Santiago recorrido en dos ocasiones por el escritor y contiene dos de los relatos más conseguidos del libro: La mujer de hielo y Piscis.