Canto de cisne. Rimas, prosa, memoria
Autor Antonio Fernández de Tena
Éste, digo, ¡ay lector!, que ves ahora
Fecha de Publicación | 18/03/25 |
Peso | 21,00 MB |
Medidas | 170 x 240 mm |
Cantidad de Páginas | 538 |
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Éste, digo, ¡ay lector!, que ves ahora
campo de senectud, mustio remedo,
estación terminal, mirada ajena,
fuera en un tiempo, otrora…
campo de senectud, mustio remedo,
estación terminal, mirada ajena,
fuera en un tiempo, otrora…
Antonio Fernández de Tena
Nació en Quintana de la Serena, un 18 de noviembre de 1931. Hizo Bachillerato Superior, Plan ‘38, por libre, realizando el Examen de Estado en la Universidad de Sevilla. Acabó Magisterio en la Escuela Normal “Arias Montano” de Badajoz, y aprobó la oposición, unos años después, en Córdoba. Enseñó a sus alumnos, como mejor supo, en Quintana, Baena (Córdoba), Monterrubio y Tres Cantos, durante casi cuarenta y dos años. En concurso nacional, en la UAM de Madrid, fue seleccionado para dar clases a los hijos de emigrantes españoles en las llamadas “Escuelas Españolas en Bélgica”, junto con su mujer, Manola. A su regreso fue nombrado director del Colegio Público “Nuestra Señora de Consolación” de Monterrubio de la Serena. En este interregno fue seleccionado por la Delegación Provincial de Badajoz para asistir a un curso de perfeccionamiento en francés en la Universidad de Montpellier. Volvió a Bélgica en el verano de 1996 con toda la familia para rememorar los años pasados en las “Escuelas Españolas en Bélgica” Se jubiló, tras un intento fallido, ya por la edad, en noviembre de 1996. Además, plantó árboles (bastantes), escribió un par de libros y engendró cinco hijos. Según esto, pudo encontrarse sobradamente realizado. Vivió, con Manola, intensamente la vida, con sus luces y sus sombras. Por ello, ha dado gracias (a la vida), como Violeta Parra lo hizo en su maravillosa canción. Finalmente, espera terminar protegido por un hado bueno.
Nació en Quintana de la Serena, un 18 de noviembre de 1931. Hizo Bachillerato Superior, Plan ‘38, por libre, realizando el Examen de Estado en la Universidad de Sevilla. Acabó Magisterio en la Escuela Normal “Arias Montano” de Badajoz, y aprobó la oposición, unos años después, en Córdoba. Enseñó a sus alumnos, como mejor supo, en Quintana, Baena (Córdoba), Monterrubio y Tres Cantos, durante casi cuarenta y dos años. En concurso nacional, en la UAM de Madrid, fue seleccionado para dar clases a los hijos de emigrantes españoles en las llamadas “Escuelas Españolas en Bélgica”, junto con su mujer, Manola. A su regreso fue nombrado director del Colegio Público “Nuestra Señora de Consolación” de Monterrubio de la Serena. En este interregno fue seleccionado por la Delegación Provincial de Badajoz para asistir a un curso de perfeccionamiento en francés en la Universidad de Montpellier. Volvió a Bélgica en el verano de 1996 con toda la familia para rememorar los años pasados en las “Escuelas Españolas en Bélgica” Se jubiló, tras un intento fallido, ya por la edad, en noviembre de 1996. Además, plantó árboles (bastantes), escribió un par de libros y engendró cinco hijos. Según esto, pudo encontrarse sobradamente realizado. Vivió, con Manola, intensamente la vida, con sus luces y sus sombras. Por ello, ha dado gracias (a la vida), como Violeta Parra lo hizo en su maravillosa canción. Finalmente, espera terminar protegido por un hado bueno.