El arca de Joan
Autor Joan UribeEl abandono y la falta de recursos para cuidar adecuadamente a los animales...
Fecha de Publicación | 25/03/24 |
Peso | 23,00 MB |
Medidas | 150 x 210 x 11 |
Cantidad de Páginas | 172 |
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El abandono y la falta de recursos para cuidar adecuadamente a los animales pueden generar una sensación abrumadora de impotencia y frustración. Esta problemática es un recordatorio doloroso de la difícil realidad que enfrentan muchos animales en todo el mundo.
La sobrepoblación en refugios y la limitada capacidad para proporcionar atención individualizada pueden llevar a que algunos animales queden desprotegidos, expuestos a condiciones climáticas extremas y a riesgos de salud.
El estrés emocional de presenciar el sufrimiento de los animales y la sensación de no poder hacer lo sufi ciente pueden afectar profundamente a quienes se dedican a la causa de rescatar y cuidar a estos seres indefensos. Es importante recordar que, a pesar de los desafíos, cada esfuerzo cuenta y cada vida salvada es una victoria.
La problemática de los animales abandonados destaca la necesidad de abordar cuestiones más amplias, como la concienciación sobre la esterilización y castración, el fomento de la adopción responsable y la implementación de leyes más estrictas contra el abandono y el maltrato animal.
La colaboración con organizaciones locales, la sensibilización de la comunidad y la búsqueda de apoyo, tanto a nivel gubernamental como privado, son pasos cruciales para abordar esta crisis. También la educación sobre la tenencia responsable de mascotas y la promoción de la empatía hacia los animales son herramientas poderosas para cambiar la mentalidad y reducir el número de animales abandonados.
Es posible construir un futuro donde cada animal tenga la oportunidad de vivir una vida plena y saludable.
La sobrepoblación en refugios y la limitada capacidad para proporcionar atención individualizada pueden llevar a que algunos animales queden desprotegidos, expuestos a condiciones climáticas extremas y a riesgos de salud.
El estrés emocional de presenciar el sufrimiento de los animales y la sensación de no poder hacer lo sufi ciente pueden afectar profundamente a quienes se dedican a la causa de rescatar y cuidar a estos seres indefensos. Es importante recordar que, a pesar de los desafíos, cada esfuerzo cuenta y cada vida salvada es una victoria.
La problemática de los animales abandonados destaca la necesidad de abordar cuestiones más amplias, como la concienciación sobre la esterilización y castración, el fomento de la adopción responsable y la implementación de leyes más estrictas contra el abandono y el maltrato animal.
La colaboración con organizaciones locales, la sensibilización de la comunidad y la búsqueda de apoyo, tanto a nivel gubernamental como privado, son pasos cruciales para abordar esta crisis. También la educación sobre la tenencia responsable de mascotas y la promoción de la empatía hacia los animales son herramientas poderosas para cambiar la mentalidad y reducir el número de animales abandonados.
Es posible construir un futuro donde cada animal tenga la oportunidad de vivir una vida plena y saludable.
Joan Uribe
Joan Uribe (Cádiz, 1949) Nace en el seno de una familia humilde, en el popular Barrio de la Viña, siendo el mayor de sus hermanos. Desde muy joven adquiere la responsabilidad de hacer de padre de familia, por la prematura muerte de su padre, Pedro. En su juventud, comparte su tiempo entre el trabajo y los estudios de Bellas Artes y, por otra parte, se dedica a simultanear estos con los estudios de Ingeniería Técnica. Su afición por la poesía hace de él un inquieto poeta, pero nunca da el paso de presentar alguno de sus trabajos. A la edad de 70 años decide que la memoria hay que escribirla para no olvidarla, y de ahí nace Pepito, el niño que fui.
Joan Uribe (Cádiz, 1949) Nace en el seno de una familia humilde, en el popular Barrio de la Viña, siendo el mayor de sus hermanos. Desde muy joven adquiere la responsabilidad de hacer de padre de familia, por la prematura muerte de su padre, Pedro. En su juventud, comparte su tiempo entre el trabajo y los estudios de Bellas Artes y, por otra parte, se dedica a simultanear estos con los estudios de Ingeniería Técnica. Su afición por la poesía hace de él un inquieto poeta, pero nunca da el paso de presentar alguno de sus trabajos. A la edad de 70 años decide que la memoria hay que escribirla para no olvidarla, y de ahí nace Pepito, el niño que fui.