Entre estos relatos vas a encontrar a alguien de tu calle, a algún personaje cercano o familiar que conoces o de quien te han hablado. Puede que tenga otro nombre para evitar alusiones personales pero los dos sabemos de quién hablamos.
Las historias que cuentan ellos mismos, o alguien que les conoce bien, son tan reales como las que te cuentan en el barrio o en el pueblo, en la terraza del bar o en la plaza cada fin de semana.
Son historias que te suenan porque te han pasado cerca, alguna te habrá rozado, suceden en nuestras casas o en casas como la nuestra, en tiendas y oficinas en las que hemos estado, a veces o muchas veces. Y si te acierta de lleno es porque eres culpable de ser humano, eso le puede pasar a cualquiera. No hay terapia.