Decía Einstein que lo más hermoso que podemos experimentar es el misterio, así es, yo he recorrido nuestro Universo visible saltando a través de 50 misterios apoyado en la ciencia y escuchando a los ángeles de la palabra, los poetas, y me he emocionado, maravillado, asombrado, extasiado y he visto la luz.
¿Cómo ha podido el pequeño sapiens albergar en su cerebro de apenas 1,5 kg todo este cosmos?
Llevamos miles de años buscando el origen de la vida, no hay explicación científica, solo sabemos que no son razones suficientes ni el azar, ni la suerte, ni el arte de birlibirloque; qué decir de la inquietante muerte, del secreto oscuro de la luminosa luz, de los colores radiantes, del misterio ácrono del tiempo, de la misteriosa aparición del sexo, de la indescriptible belleza de la Naturaleza en desigual lucha contra la entropía, de los eternos movimientos astrales, o del líquido mágico de la vida, el agua, y más aún, ¿dónde está Dios?...
Vale la pena experimentar y después cantar como el poeta Nervo:
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo vida.
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!