La globalización es un simple engaño de masas, orquestado por la superélite capitalista, con la complicidad de las políticas locales, para concluir la construcción de un capitalismo imperialista y totalitario con la fi nalidad de dominar el mundo. De tal manera que las personas han renunciado a su valores de sociedad organizada como país autónomo, para entregarse a los designios de una elite foránea, a quien es indiferente todo aquello que no se refi era al dinero, tomar poder y rendir culto al dios capital. Se ha dedicado a confundir a las gentes con el bienestar, a la historia con el progreso, a las personas con los derechos, a la política con la democracia, a la muchedumbre con la libertad, al interés general con el particular, atrayendo a todos a las redes del mercado de su propiedad. Esta ha pasado a ser la única realidad que rige la existencia colectiva, todo lo demás solo es maquillaje para despistar a las masas y tratar de disfrazar la decadencia que amenaza a la sociedad.